
imagen original diario EL TIEMPO, 06 de octubre de 1988.
Un oficial, un Suboficial y diecinueve Agentes, los héroes que defendieron a Puerto Wilches, Santander.
“El mantenimiento del orden, la tutela de las garantías individuales, la tranquilidad de los hogares, la previsibilidad en general son problemas que la Nación puede confiar solo a hombres de un definido carácter, de una personalidad firme y de una conciencia plenamente responsable”. (Oficina de Información y Prensa de La Policía Nacional., 1988)
Desde la génesis de los diálogos de paz con el grupo guerrillero FARC_EP- como política de Estado del Gobierno del Presidente Juan Manuel Santos Calderón -, la sociedad colombiana ha girado en torno a éste acontecimiento, el cual ha tomado unos matices de gran trascendencia para la Nación. Constantemente, se hace referencia a la importancia de estructurar un acuerdo de paz que sea sostenible, tanto en la post-terminación del cese de actividades hostiles, como en el postconflicto.
Uno de los puntos claves para la existencia de paz sostenible, es el referente a las víctimas; su no olvido, la reparación integral, el derecho a la verdad y de atención por parte del Estado, ello con el fin de desagraviar los vestigios que ha dejado el conflicto armado interno. Entre los mecanismos para dar cumplimiento a lo anterior, se encuentra la creación del centro de memoria histórica.
La precedente reseña, es útil en la medida de hacer un llamado de atención respetuoso a la sociedad colombiana, porque al parecer ha olvidado que las Fuerzas Militares y la Policía Nacional también cuentan con miles de víctimas con ocasión al conflicto armado interno. Lamentablemente, de ellos poco o nada hemos escuchado como protagonistas de este tránsito a la política de paz del Gobierno; son héroes, en muchas ocasiones anónimos, los cuales entregan hasta su propia vida para defender la Patria. Soportaron nuestros héroes, diferentes acciones de guerra violatorias de los derechos Humanos, tratados internacionales y demás aplicables al conflicto; como consecuencia, han dejado huérfanos, viudas y hasta el día de hoy zozobra en algunas familias del círculo Policial, las cuales aún no conocen qué sucedió con sus seres queridos que un día entregaron para servir a la Patria.
Al unísono de lo anterior, se pretende hacer un reconocimiento y recordar aquellas historias de admirables policiales que nos enseñaron que vale la pena luchar a pesar de cualquier adversidad, que el amor y vocación por la institución y la Patria las sostendrá en su presente y futuro.
Corrían las 00:00 horas del día 5 de octubre de 1988, en el Municipio de Puerto Wilches – Santander; el cual contaba con una Subestación de Policía al mando del señor Subteniente Álvaro José Bahamón (de 23 años de edad), un Suboficial y 19 Agentes de Policía más; cuando en una acción conjunta, el frente 24 de las FARC y miembros de la guerrilla del ELN, llegaron a la población con aproximadamente 300 hombres e iniciaron un feroz ataque contra la unidad policial. De manera inmediata el Oficial y el Suboficial que se encontraban al mando tomaron ubicaciones estratégicas, organizaron a sus hombres y desarrollaron el plan de defensa de las instalaciones- el cual había sido realizado desde su llegada a la unidad por el valiente Agente Carabalí y sus compañeros- ésta organización les permitió ubicarse en tres trincheras y tomar posiciones estratégicas cubriendo los frentes en los cuales eran atacados. El Agente Carabalí colaboraba como amunicionador, el oficial y el Suboficial suministraban granadas y provisiones a los demás hombres y así transcurrían las horas de la madrugada sin que llegara apoyo alguno del Ejército o la misma Policía.
Era una situación difícil para el País, puesto que al mismo tiempo se presentaban ataques en diferentes unidades de policía dentro territorio nacional.
Los valerosos hombres soportaban la arremetida de ráfagas de fusil y granadas, a las cuales se sumaban palabras soeces y advertencias por megáfonos que invitaban a la rendición o la muerte; el objetivo, era la toma de la Sub estación y el hurto del armamento. Los grupos beligerantes procedían sin ningún respeto por la vida, pero para su sorpresa, la respuesta de los policiales fue demostrar su coraje y gallardía, su amor por la patria y por su profesión. No se conoce el nombre del agente de policía que manipulaba el equipo de sonido de la unidad, pero él, al escuchar las arengas guerrilleras, en compañía del oficial Bahamón, decidieron responder a los subversivos entonando la oración patria, el himno de la Policía Nacional y el himno Nacional; aunque los bafles lograron ser impactados por los guerrilleros, no pudieron acallar los sonidos patrios y por razones no explicables dicho equipo continuo funcionando, transmitiendo los relatos del oficial y de sus hombres que se negaban a rendirse.
Los beligerantes, desconcertados con esta acción optaron por acudir a las amenazas y a las acciones buscando afectar a la población civil, de esta forma infringiendo el derecho internacional humanitario. Fue asesinada una mujer habitante del municipio y posterior a ello, intentaron secuestrar a la esposa e hijos del señor Agente de Policía Oliverio Rincón Rubiano, quien se encontraba defendiendo la unidad policial; aunque lograron obtener la ubicación de ellos y superaban en número a los policías, no pudieron llevar a cabo su plan de retención de la familia del valeroso Agente, el cual respondía los insultos y amenazas con la oración patria.
Fueron más de seis horas de combate intenso, donde la organización y unión fraterno-institucional permitió a los veintiún héroes defender y hacer respetar su unidad, que más que una Subestación de Policía era la representación del Estado en el Municipio de Puerto Wilches.
Sobre las 06:30 horas de la mañana, hizo presencia en el Municipio los refuerzos de la Policía Nacional, ante lo cual los guerrilleros no tuvieron otra salida que huir cobardemente. Con un reporte de cuatro muertos y más de diez heridos, el parte para la Policía Nacional fue de cero bajas, y el reconocimiento de toda una población que no se cansaba de felicitar y aplaudir a nuestros veintiún policías, los cuales reconocieron que el apoyo de la población fue muy importante y que siempre manejaron unas excelentes relaciones con todos en este hermoso Municipio.
Por esta acción valerosa los policiales recibieron diversas condecoraciones, como la medalla al valor que impuso en ceremonia pública el señor Presidente de la época, el Doctor Virgilio Barco Vargas; también múltiples reconocimientos que presentó el señor General Manuel j. Guerrero Paz, en su calidad de Ministro de Defensa Nacional y el General José Guillermo Medina Sánchez, Director General de la Policía Nacional; no obstante, sin lugar a dudas el mejor reconocimiento que podemos ofrecer a nuestros héroes, es el no olvido, el agradecer ese sacrificio personal e institucional que estos hombres nos brindaron para entregarnos un País y una mejor institución.
Si en Colombia se consolida la paz, como es el deseo de todos los colombianos; ello será en su gran mayoría gracias a las acciones de personas tan valerosas como los héroes de Puerto Wilches, bien lo titulo el periódico el Espacio en su edición del día 17 de octubre de 1988 “ ¿Qué es, en estos martirizados días de la patria, un agente de Policía? Un policía, para quienes lo hayan olvidado, es un hombre humilde y abnegado, que se desvela por su prójimo, y no duda un instante en ofrecer su vida por la de los demás. Un policía colombiano es un héroe anónimo, que en un remoto pueblo de la cordillera, los llanos o la costa, enfrenta valerosamente a una pandilla de forajidos, cantando el Himno Nacional y el de la Institución, para armarse de coraje y ponerlos en fuga. Un policía es ese hombre atento, el cual con prontitud y oportunidad, acude a tu llamado de auxilio”.
En Homenaje a los héroes de Puerto Wilches,
Subteniente, ALVARO BAHAMON VEGA
Suboficial, MARIO ARRIETA FAVAD
Agente, JAIRO VIAFARA LUCUMI
Agente, CESAR OLIMPO VERA AVILA
Agente, HECTOR FABIO SALGUERO
Agente, JULIO GERARDO ROJAS EMAYUZA
Agente, LUIS FERNANDO RAMIREZ VALLECILLA
Agente, CELIBARDO NIETO
Agente, JAIRO MEDINA CAPACHO
Agente, RICAURTE LESMES CERQUERA
Agente, CAMILO LEGUIZAMON DELGADO
Agente, WILLIAM JAIMES GOMEZ
Agente, ANIBAL GUERRERO APONTE
Agente, ARISTOBULO GUARACA GUENCA
Agente, JUAN CARLOS GONZALEZ SUAREZ
Agente, RIGOBERTO CARO MORALES
Agente, HUILBERT ENRIQUE CARABALI
Agente, ARPEZ CALDERON JIMENEZ
Agente, ANIBAL CABRERA BLANCO
Agente, ALVARO BOTELLO
Agente, FERNANDO BETACUR
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires Argentina, a los cinco días del mes de julio de 2017.
DIEGO FERNANDO TAUTIVA OYUELA
Doctorando en Derecho Público UNMDP